Aventureros, guerreros, supervivientes, nómadas, bárbaros y saqueadores, los épicos godos cruzaron la mitad del mundo, viviendo episodios míticos. Relacionados con el universo nórdico, adoraron al reino de Asgard, sus águilas y cuervos, que susurraron a Odin el pensamiento y la memoria de los mortales, los guiaron desde los rincones legendarios de Escandinavia, cruzando los Balcanes hacia el oeste. Vieron la caída del Imperio Romano y el surgimiento del musulmán, y construyeron un nuevo y poderoso estado hispano donde convivieron con las tres culturas.

Viejos ritos, la religión de los campesinos, los "hombres sin Dios", con la edad de piedra y de bronce, el culto a Vanir, la diosa madre del chamanismo, cultos a la fertilidad, a los dioses de la caza, la adoración al sol, se alzan monumentos megalíticos, con los Celtas se fusionan los cultos, con las civilizaciones nórdicas la adoración de héroes divinizados, dioses antiguos, deidades mágicas, elfos, duendes, ninfas, hadas... y llega Roma con dioses épicos post-griegos y entonces la decadencia del imperio, el cristianismo se impone, "la verdad revelada", adopta antiguas creencias en sus dogmas, los viejos ritos paganos desplazados y reemplazados, los “bárbaros” cristianizados, un culto para los condenados de la Tierra... ¿y el resurgir del “aliento sagrado”? ¿aquel mundo lleno de dioses? 

Nabucodonosor II, el gobernante de la dinastía caldea de Babilonia, conquistador de Judá y Jerusalén, constructor de los Jardines Colgantes decoró allá por el 575 a.c las Puertas de Istar con Flores de Lis como símbolo de su poder y gloria. Usada en las culturas indias, griegas y egipcias, estaba muy vinculada con la fecundidad y con la diosa madre Isis. Para los franceses, su emblema, su historia de sangre, un puñal con 3 hojas. Para la Alquimia —en su búsqueda de la piedra filosofal y el elixir vital— es el árbol de la vida, símbolo de iluminación, perfección, luz, conocimiento de las ciencias secretas y de resurrección. Fundido en la estrella de 5 puntas, la tierra, el agua, el aire y el fuego originan el quinto elemento, la quintaesencia, la representación de la perfección y la pureza.

Marineros y navegantes cuidaos al acercaros a las costas de ser atrapados por los embriagadores cantos de las sirenas. Quedaréis absortos por sus melodías, sus voces te invitaran al placer y olvidaréis todo lo demás. Estas jóvenes doncellas, de escamas brillantes, no temen a nada, que aunque descienden de las profundidades, de la oscuridad y el frío su corazón es caliente. La leyenda cuenta que Ulises cerca estuvo de atravesar las puertas del Hades al oír su seductora música sino fuera porque se ató a un mástil para no poder arrojarse a las aguas. ¿Quién no quiere a cambio de un trágico pero hermoso final poder soñar e imaginar eternamente? Seamos soñadores y libres. Luchemos por un mundo donde la fantasía y la imaginación no condene a las sirenas a estar varadas por la triste realidad.

Hace 130 años, un 20 de agosto de 1890 nació un genio llamado Howard Phillips Lovecraft. Junto a Edgar Alan Poe es considerado uno de los pioneros y grandes autores de la novela de horror del Siglo XX. Creó una mitología de horror cósmico extremadamente detallada y espeluznante llamada por sus adeptos como novela o relatos Lovecraftianos. Muchos son los artistas, autores, cineastas e ilustradores que se han inspirado en sus obras (La llamada de Cthulhu, En las montañas de la locura, Los gatos de Ulthar, La sombra sobre Innsmouth, El horror de Dunwich...) convirtiéndolo en todo un Culto. Incomprendido, excéntrico, lleno de prejuicios, infravalorado en vida es todo un genio que nos ha dejado un legado increíble. Con el que seguimos jugando 130 años después. El Territorio Lovecraft vive.