"No era el hombre más honesto ni el más piadoso, pero era un hombre valiente” P. Reverte.

Si viviste peligrosamente y tu vida pendía de un hilo, si desafiaste a la autoridad, defendiendo tu razón y derechos con la orgullosa punta de tu espada, si te sacrificaste y eras generoso y humano, si eras intrépido, temerario, arrogante, valiente, aventurero, seductor, canalla, leal, si eras capaz de las acciones más heroicas pero también de las más mezquinas, si te guiaste por tu código de honor, si buscaste la gloria al margen de la sociedad y de la ley, si perdiste tu inocencia ante la cruda realidad del barro y la sangre, y si desencantado, todos te abandonaron... entonces probablemente eras un Tercio Viejo, un héroe cansado de armadura oxidada, un antihéroe olvidado como un Alatriste maldito.

"No era el hombre más honesto ni el más piadoso, pero era un hombre valiente” P. Reverte.

Si viviste peligrosamente y tu vida pendía de un hilo, si desafiaste a la autoridad, defendiendo tu razón y derechos con la orgullosa punta de tu espada, si te sacrificaste y eras generoso y humano, si eras intrépido, temerario, arrogante, valiente, aventurero, seductor, canalla, leal, si eras capaz de las acciones más heroicas pero también de las más mezquinas, si te guiaste por tu código de honor, si buscaste la gloria al margen de la sociedad y de la ley, si perdiste tu inocencia ante la cruda realidad del barro y la sangre, y si desencantado, todos te abandonaron... entonces probablemente eras un Tercio Viejo, un héroe cansado de armadura oxidada, un antihéroe olvidado como un Alatriste maldito.

Eras una humilde campesina que apenas sabía leer y escribir. En tu campiña natal en Domremí escuchaste voces y te embarcaste en un destino incierto para liberar Francia de los Ingleses. Junto a tus fieles soldados, levantaste tu estandarte y te lanzaste en actos suicidas hasta liberar el sitio de Orleans y coronar a tu delfín. Ese fue tu glorioso ascenso que precedió a tu terrible final. Te traicionaron y te acusaron de herejía. Un fuego abrasador acabó con tu vida.

¿Fuiste acaso la elegida de Dios o una demente movida por la esquizofrenia y las alucinaciones? Sea como fuera eras la doncella aclamada por tu pueblo, la fervorosa heroína que te enfrentaste contra todos los poderes de la tierra hasta ganar casi tu sola esa guerra de los Cien Años. Hoy Juana, tu nombre es ya leyenda.

Somos los jinetes que cabalgan con bestias de tuberías y acero a base de combustible negro, en esta tierra hostil, las carreteras son pesadillas, las ciudades son desiertos y la humanidad se alimenta de hombres... los líderes no pueden detener esta avalancha, la tormenta del miedo…

Impulsados por esta confusión llena de sueños frustrados nos vengaremos sin escrúpulos de los lastres, aniquilaremos con nuestra espada, con hambre, con mortandad y con las fieras…

El gran terremoto tiñe el sol de negro y la luna de sangre, las estrellas caen del cielo…

El gran día ha llegado… en medio de este caos resurgirá la esperanza o quizá la barbarie…

Cabalga como un jinete del Apocalipsis hasta el mismísimo infierno. Descubre nuevos horizontes y nuevos mundos, atraviesa la naturaleza salvaje volando libre hasta los confines del Universo. Sé osado, rompe barreras, las reglas si fuera necesario, ayuda a tu gente y no olvides que el trofeo de hierro que llevas es símbolo de lealtad, compañerismo, valentía, rebeldía y libertad.  

Somos los jinetes que cabalgan con bestias de tuberías y acero a base de combustible negro, en esta tierra hostil, las carreteras son pesadillas, las ciudades son desiertos y la humanidad se alimenta de hombres... los líderes no pueden detener esta avalancha, la tormenta del miedo…

Impulsados por esta confusión llena de sueños frustrados nos vengamos sin escrúpulos de los lastres, aniquilaremos con nuestra espada, con hambre , con mortandad y con las fieras…

El gran terremoto tiñe el sol de negro y la luna de sangre, las estrellas caen del cielo…

El gran día ha llegado… en medio de este caos resurgirá la esperanza o quizá la barbarie…

La Estantigua (en la tradición castellana), la Güestia o Bona Xente (en la mitología asturiana), Corteju de Genti de Muerti (en Extremadura),la Estadea (en Zamora), la Hueste de Ánimas (en León), la Visión, la Huespeda… distintas formas de referirse a la Santa Compaña, aquella comitiva de fantasmas encapuchados errantes, tenebroso ejército de almas en pena que vagaban en la noche por los pueblos, bosques y cruces de caminos como presagio de muerte. Para conocer su origen debemos retrotraernos al paganismo germánico (Cacería Salvaje Wild Hunt —cuya evolución bajo el velo cristiano medieval daría la tétrica procesión espectral Mesnie Hellequin—) y céltico (la Sluagh o la Fairy Host) relacionados con augurios de guerras, plagas, enfermedades futuras y actos de recolecta de almas.

Eras una humilde campesina que apenas sabía leer y escribir. En tu campiña natal en Domremí escuchaste voces y te embarcaste en un destino incierto para liberar Francia de los Ingleses. Junto a tus fieles soldados, levantaste tu estandarte y te lanzaste en actos suicidas hasta liberar el sitio de Orleans y coronar a tu delfín. Ese fue tu glorioso ascenso que precedió a tu terrible final. Te traicionaron y te acusaron de herejía. Un fuego abrasador acabó con tu vida.

¿Fuiste acaso la elegida de Dios o una demente movida por la esquizofrenia y las alucinaciones? Sea como fuera eras la doncella aclamada por tu pueblo, la fervorosa heroína que te enfrentaste contra todos los poderes de la tierra hasta ganar casi tu sola esa guerra de los Cien Años. Hoy Juana, tu nombre es ya leyenda.

Quién eres? De dónde vienes?

No importa, de muy lejos. Venía a conquistar tu tierra, pero ya no puedo…

Inténtalo si te atreves!!, ¿acaso crees que no domino el arte de la naginata?

No voy a luchar contigo… ¿Y eso? ¿el aroma a sakura ha nublado tu ardor guerrero?

Quizá, pero ahora sé que no he surcado con mis naves hasta los confines del universo solo para someteros

¿Someternos? Jamás os vi ni oí hablar de vosotros, pero tu odio jamás nos detendrá…

¿Es que no lo entiendes? No son tu sol, tu espada y tus crisantemos blancos por lo que descansa mi furia

Quédate entonces y verás florecer los cerezos…

Este es nuestro homenaje a las temibles y honorables samurai Onna-Bugeisha.

Guerreras como la emperatriz Jingū que desafió las normas sociales de su época, o la feroz y leal Tomoe Gozen, que según narra el poema épico del siglo XIII el Cantar de Heike, fue una jinete temeraria a la que ni el caballo más bravo ni la tierra más agreste podían amedrentar, capaz de, con su diestro manejo de la espada y el arco, encarar a mil aguerridos guerreros; o Nakato Takeko que, instruida en las artes marciales de la naginata (la katana femenina), dirigió la famosa unidad femenina Joshitai y que antes de ser capturada por sus enemigos, pidió a su hermana que le cortara la cabeza, siguiendo el ritual Seppuku.

La imagen de la camiseta es una adaptación de Tomoe Gozen retratada por Kikuchi Yōsai.

"Sólo los peces muertos siguen la corriente del río".

Nadar contracorriente, una odisea en sociedades abiertas donde paradójicamente más acceso a la información hay pero a la vez mayores controles a su población. Reflejos de aquellos universos distópicos —plagados de desastres ambientales y cataclismos— de las novelas de ciencia ficción ya tan visibles... Pero aún hay esperanza. Existen espacios de libertad donde emboscarse, donde los disidentes y librepensadores pueden reaccionar y rebelarse frente a las amenazas de la tiranía, la censura y la deshumanización. En algún recóndito y perdido lugar la Estirpe de los libres siempre resistirá... 

Este es nuestro homenaje a las temibles y honorables samurai Onna-Bugeisha.

Guerreras como la emperatriz Jingū que desafió las normas sociales de su época, o la feroz y leal Tomoe Gozen, que según narra el poema épico del siglo XIII el Cantar de Heike, fue una jinete temeraria a la que ni el caballo más bravo ni la tierra más agreste podían amedrentar, capaz de, con su diestro manejo de la espada y el arco, encarar a mil aguerridos guerreros; o Nakato Takeko que, instruida en las artes marciales de la naginata (la katana femenina), dirigió la famosa unidad femenina Joshitai y que antes de ser capturada por sus enemigos, pidió a su hermana que le cortara la cabeza, siguiendo el ritual Seppuku.

La imagen de la camiseta es una adaptación de Tomoe Gozen retratada por Kikuchi Yōsai.

Eras una humilde campesina que apenas sabía leer y escribir. En tu campiña natal en Domremí escuchaste voces y te embarcaste en un destino incierto para liberar Francia de los Ingleses. Junto a tus fieles soldados, levantaste tu estandarte y te lanzaste en actos suicidas hasta liberar el sitio de Orleans y coronar a tu delfín. Ese fue tu glorioso ascenso que precedió a tu terrible final. Te traicionaron y te acusaron de herejía. Un fuego abrasador acabó con tu vida.

¿Fuiste acaso la elegida de Dios o una demente movida por la esquizofrenia y las alucinaciones? Sea como fuera eras la doncella aclamada por tu pueblo, la fervorosa heroína que te enfrentaste contra todos los poderes de la tierra hasta ganar casi tu sola esa guerra de los Cien Años. Hoy Juana, tu nombre es ya leyenda.

"Sólo los peces muertos siguen la corriente del río".

Nadar contracorriente, una odisea en sociedades abiertas donde paradójicamente más acceso a la información hay pero a la vez mayores controles a su población. Reflejos de aquellos universos distópicos —plagados de desastres ambientales y cataclismos— de las novelas de ciencia ficción ya tan visibles... Pero aún hay esperanza. Existen espacios de libertad donde emboscarse, donde los disidentes y librepensadores pueden reaccionar y rebelarse frente a las amenazas de la tiranía, la censura y la deshumanización. En algún recóndito y perdido lugar la Estirpe de los libres siempre resistirá... 

Eras una humilde campesina que apenas sabía leer y escribir. En tu campiña natal en Domremí escuchaste voces y te embarcaste en un destino incierto para liberar Francia de los Ingleses. Junto a tus fieles soldados, levantaste tu estandarte y te lanzaste en actos suicidas hasta liberar el sitio de Orleans y coronar a tu delfín. Ese fue tu glorioso ascenso que precedió a tu terrible final. Te traicionaron y te acusaron de herejía. Un fuego abrasador acabó con tu vida.

¿Fuiste acaso la elegida de Dios o una demente movida por la esquizofrenia y las alucinaciones? Sea como fuera eras la doncella aclamada por tu pueblo, la fervorosa heroína que te enfrentaste contra todos los poderes de la tierra hasta ganar casi tu sola esa guerra de los Cien Años. Hoy Juana, tu nombre es ya leyenda.

"Sólo los peces muertos siguen la corriente del río".

Nadar contracorriente, una odisea en sociedades abiertas donde paradójicamente más acceso a la información hay pero a la vez mayores controles a su población. Reflejos de aquellos universos distópicos —plagados de desastres ambientales y cataclismos— de las novelas de ciencia ficción ya tan visibles... Pero aún hay esperanza. Existen espacios de libertad donde emboscarse, donde los disidentes y librepensadores pueden reaccionar y rebelarse frente a las amenazas de la tiranía, la censura y la deshumanización. En algún recóndito y perdido lugar la Estirpe de los libres siempre resistirá... 

Escucha sus deseos, no hay calma a donde escapar, se revela la intensidad de su dolor que encierra el secreto en un ritual de latidos a punto de explotar. La esencia de la luz en el corazón de su fórmula: Oda a la libertad, un estallido irreverente de atrevimiento que despierta conciencias, se funden en el encuentro de civilizaciones, la tensión por fin da paso a caricias letales que confinan el odio y lo envuelven en las profundidades. Crisol de Culturas, catalizador de vida. Apocalipsis redentor. Escucha su interior, ya no hay angustia ni dolor. Un nuevo horizonte enriquece su alma.

Eras una humilde campesina que apenas sabía leer y escribir. En tu campiña natal en Domremí escuchaste voces y te embarcaste en un destino incierto para liberar Francia de los Ingleses. Junto a tus fieles soldados, levantaste tu estandarte y te lanzaste en actos suicidas hasta liberar el sitio de Orleans y coronar a tu delfín. Ese fue tu glorioso ascenso que precedió a tu terrible final. Te traicionaron y te acusaron de herejía. Un fuego abrasador acabó con tu vida.

¿Fuiste acaso la elegida de Dios o una demente movida por la esquizofrenia y las alucinaciones? Sea como fuera eras la doncella aclamada por tu pueblo, la fervorosa heroína que te enfrentaste contra todos los poderes de la tierra hasta ganar casi tu sola esa guerra de los Cien Años. Hoy Juana, tu nombre es ya leyenda.